Había mucha gente. Una masa de personas que se movían de un lugar a otro. Y había mucha necesidad de ser escuchado. La gente pagaba para ser escuchada. Ser escuchada por otra persona que se dedicaba exclusivamente a eso, a escuchar. O también ser escuchada por una especie de ser superior, una idea de Dios. Y para ser escuchado por este Dios debías aislarte y de ahí surge el desierto. Como un lugar sin ruido, el único lugar en el que encontrar el silencio. El silencio que facilita esa escucha. Un lugar sin distracciones, pero con otros desafíos. Con tormentas de arena, con espejismos y con auténticos oasis, lugares privilegiados que, en medio del vacío nos permitían prender esa especie de mermelada de recuerdos, miedos y fantasías que llevamos dentro. Nos dedicábamos a buscar este lugar, como unos espeleólogos que indagan en el interior de la humanidad.
Premi de la Crítica 2024 - Millor espai sonor Sammy Metcalfe i Miquel Segovia
Creación: ATRESBANDES (Mònica Almirall, Miquel Segovia y Albert Pérez Hidalgo). Asesoramiento dramatúrgico: Pau Masaló. Interpretación: Nicolás Carbajal, Marina Rodríguez, Ruben Ametllé y Amaranta Velarde. Diseño de iluminación: Ana Rovira. Espacio escénico: Fryderyk Swierczynski. Espacio sonoro: Sammy Metcalfe y Miquel Segovia. Vestuario: Claudia Vilà y Adriana Parra. Producción: Imma Bové y Atresbandes. Comunicación: Irene Vicente. Alumna en prácticas: Rebeca Fiol. Una producción de ATRESBANDES, Teatre Lliure de Barcelona y El Canal – Centre d’arts escèniques de Salt.